Los movimientos suaves y lentos facilitan la apertura de la energía de los canales del cuerpo. Por lo tanto, las personas que practican Qi Gong tienen más energía, lo cual beneficia, además, la vitalidad sexual y la fertilidad.
Practicar Qi Gong favorece un aumento de habilidades como la concentración y atención, ambas indispensables para gestionar de manera adecuada las emociones y desarrollar una mente clara y tranquila que nos permita dejar de vivir en automático.
Los ejercicios que se llevan a cabo están dirigidos a conectar con el presente, favoreciendo una actitud optimista y alegre ante la vida. De este modo, experimentar felicidad será mucho más sencillo.